Noticias. Marzo 15 2014 Desaparece Andrés en Casa... Una niña, única testigo, de apenas 5 años de edad vio como un payaso se llevó a su padre. El hombre desapareció en un tercer piso, no se le vio salir y lo único que se sabe es que un desconocido le increpo al salir del baño, cuando se acaba de duchar y por dejar el baño sucio.... Le conocí cuando era pequeño, fue mi primera película de terror y se hubiera quedado olvidada en la historia de mi vida si aquel regalo no le hubiera traído a mi presente pues volvió como una refulgente estampa en una camiseta de color gris ratón. Como todo adulto solo acerté a decir que aquella broma-regalo no me disgustaba pero por dentro mi niño interior se llenó de miedo. La primera noche llegue a guardar la camiseta en el ropero, la doble en forma de cilindro, después de todo era tonto mi miedo, los payasos no salen de las camisetas y todo estas emociones eran a raíz de otro de esos horrorosos personajes con los que me atormentaba cuando niño al ver peliculas de terror, como si ya correr de esos miles de espantos “imaginados”, fuera insuficiente,. Guardar la camiseta mientras se presentaba la ocasión para estrenarla, esperaba así exterminar mi miedo. Desde esa noche no apague más la luz, en las oscuras sombras escuche inflarse un globo, yo semidesnudo en mi cama rememoraba aquel sonido con el que se había inflado aquel gigantesco globo en el escenario, pero este provenía del armario, recordé que no había podido nunca desde mi mudanza instalar las puertas de esa cómoda, que si algo quería emerger de aquel sitio, solo necesitaba empujarlas.... y unas puertas chirriantes lentamente comenzaron a abrirse. Seguro el globo las abría, pero al ver las puertas, una horrorosa cabeza emergía y descaradamente me sonreía, aquel payaso... prendí mi linterna Guadalupana, una luz discotequera verde, azul y roja... semejante despliegue de color carnavalesco no debiera evitar el ataque de este ser, pero cuando esperaba que su cuerpo escurriera fuera del closet dando forma al resto de su grotesca forma payasesca, voltee y ya no estaba. Todos tenemos momentos en que nuestra imaginación juega, no podemos aceptar que haya innombrables como nuestro miedo, el lenguaje nos da el poder sobre las cosas, si viéramos una luz indescriptible con solo ponerle un nombre se hace manejable, si supiéramos que esa luz no le pertenece a ese objeto, sino a algo que nunca nombraremos, entonces negaremos que esa luz sea ajena a aquello que nombramos... yo tenía miedo a algo nombrado nebulosamente. Entonces mejor nos estrenamos la camiseta y la usamos, desfilémosla ante mi familia y mi hermano, después de todo hay que ser agradecidos por lo que nos han dado... la camiseta me sienta bien, se ajusta bien a mi cuerpo, bajo la mirada al estampado, de nuevo imagino tonterías, pues vi que me guiñaba el ojo, está haciendo algo de frió, usare una chaqueta... Y la hubiera seguido usando cerrada, pero además de los apretujones típicos del servicio público, una incesante parvada de niños no pareció callarse hasta que abrí mi chaqueta y deje ver la horrorosa estampa del payaso, no sé si sintieron el temor de sus padres que quizás revivían aquel mismo pánico infantil que hacia tan desagradable para mi este regalo. Ahora sé que la luz de esta señora, que la hace parecer una diosa sin serlo, es más fuerte que cualquier fuego fatuo, pero esa noche aun no lo sabía, de nuevo apague la luz y considere suficiente la iluminación que provenía del aparato para reproducir vídeos, mal apagado, una luz azul y segura, que apenas me dejaba ver la habitación y disipaba algunas sombras, al fondo el canasto donde deje mi ropa sucia, si, ahí también deje la camiseta. No me preocupaba que el payaso emergiera de un sifón sino del cesto, que la tapa estruendosamente cayera al piso, que con sus globos me atormentara o que con sus frases célebres me comparara con uno de esos artilugios de látex, temía que al no acercarme, al no obedecerle a tan macabra invitación de acompañarle, cogiera en un arranque de ira y... me botase toda la ropa colgada al suelo ¿Por qué al prender la luz se disipan todos los temores? Al otro día reía, era ridículo no poder salir de una canastilla y enfadarse porque yo no me acercaba... pero yo estaba perdiendo la cabeza, entonces me decidí a averiguar de aquel ser, su verdadera historia, la que hay detrás de las películas, la que en los libros la asocian a una tortuga tonta y la que hablan de aquel payaso mata homosexuales; no sé cuál de las dos era más aterradora o peor que por una de esas coincidencias extrañas ambas hicieran parte de la misma historia, la de un ser incompresible para nuestra naturaleza y actual desarrollo cultural, atormentándome. ¿Si existe un ser así, qué quiere..? La solución a mis pesadillas no solo ha sido dormir con la luz prendida, tomo la camiseta, la enrolló y la pongo justo al lado de la almohada. Y durante un tiempo ese sentarme a mirar archivos medio controló mis temores y empecé a pensar que tan solo me estaba desquiciando, hasta que lo vi de nuevo, pero ya no estaba aquella camiseta. De la cocina al negocio hay unos pasos cortos por una sala amplia pero oscura aun de día, la misma tiene un baño paralelo a esa cocina antecedido por un lavadero viejo, por un corredor no muy largo que colinda con un amplio garaje que es profundamente oscuro y al extremo las escaleras que llevan al segundo piso donde duermen familiares muy queridos. La primera vez pasaba apresurado pues escuche a un cliente llegar, corrí presuroso, con la mirada al frente y de pronto antes de cruzar la puerta del negocio, la voz vino de adentro y al voltear allí, al fondo del corredor estaba allí sonriendo, moviendo su mano y saludando mientras sostenía esos globos. La siguiente una dulce niña de cabellos rojo me pidió un cuaderno, de aquellos que estaban justo abajo en la vitrina y cuando me levante para mostrárselo, ahí estaba, en esa ocasión me mostró sus horrorosos dientes... Una vez corrí hacia afuera, otra hacia dentro.... Me estaba volviendo loco, no había la menor duda, esta camiseta activo alguna neurona cuyo secreto era que yo no había sido siempre esquizofrénico, aun así me aterre cuando en el baño aparecio en el espejo y más aún cuando al regresar a confrontar mis miedos vi la luz del mismo apagado y al susodicho espectro salir para lavarse las manos ensangrentadas en el lavadero. Fue que hiciera un ademan para atraparme y yo abrí la puerta del negocio y termine al lado del vendedor de helados que se hace al frente, pero voltee mi rostro y allí estaba ofreciéndome un vistoso helado... aterrado entre de nuevo, cerré la puerta y me acuclille rogando al único Dios que reconocía, me devolviera la cordura, solo hasta que mi tía querida pregunto si me había cortado, por toda la sangre derramada en el lavadero, acepte que era cierto y real: “ Yo era presa de un ser al que no tenía que importarle” -“No tía, es una bolsa de sangre de mentiras que se ha dañado y me toco limpiar ahí”... Me senté desconcertado en la silla frente al portátil, escuche a mi tía subir, algo intranquilizo mi alma y decidí mirar si todo estaba bien arriba, de nuevo allí estaba desde unos peldaños arriba, algo gritaba sobre mi pequeño primo, no lo dude y subí furioso con destornillador en la mano, pero no iba ni en la mitad cuando mi tía me llamo desde el lavadero. ¿A dónde llevaba y para que esa herramienta? Me preguntaba... y desde arriba un grito emergió mientras yo daba una torpe respuesta... ¡¿me decía algo?!... era mi tía también. Los humanos somos bastante simples y los hábitos nos descubren, no solo por las acciones que hacemos sino por el cómo lo hacemos, ni dude un segundo antes de cambiar mí mirada estúpida hacia la tía que estaba ubicada en el lavadero, a lo que esta, o este payaso porque ya había cambiado su forma, se unto su mano de sangre del lavadero y dijo: -¡Sabe a dulce caramelo!,- mientras se me metía impúdicamente la mano en la boca saboreándose, hasta engullirse hasta el codo su brazo... sonreí, entendí que no me podía hacer daño y solté el destornillador, me acerque ¿fue un error? En serio pensé que no podía lastimarme y cuando abrió su boca y de allí emergieron los fuegos fatuos, estaba seguro que me iba a convertir en su cena, hasta que una luz más grande eclipso a estas otras. La luz provenía de la Tao de madera, era como aquella de la mujer labrada en mi lampara, la que la rodeaba, la que brillo esa noche rodeando las luces de colores y que hacia verle como una diosa. Una luz irrepresentable, innombrable. Aquel ente no se fue, el payaso fue obligado a esconderse en mi sombra y por alguna razón allí quedó atrapado, ya no puede lastimarme y solo escapa cuando alguien me lastima, pues parece que solo a esas personas puede devorar mientras no ore yo por ellas, pero eso no es una maldición, pues quien me enseñó a amar me hizo su prisión y mientras arda en mi corazón aquella luz que apaga las otras luces, todo estará bien y si se apagara mejor sería ser devorado por aquella cosa... “- Concede oh Señor, bienestar a tod@s aquell@s que me hayan lastimado, perdono sus injurias y daño, pido les llenes de bendiciones y no permitas caminen senderos equivocados, hazlos justos, alegres, compasivos y bien amados, de ellos emerja el bien y felicidad adecuados, para que tod@s nos edifiquemos por siempre y entre nosotr@s como tus amad@s” José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475
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Al otro día desperté cuando los ruidos de mi familia espantaron mi sueño, todos se arreglaban pues salen temprano pero somos una tropa de gente yendo y viniendo por toda la casa, levante ligeramente mi cabeza y antes de musitar palabra, tenía esa gran mano sobre mi boca, mi rostro, apretando fuertemente e impidiendo que musitara alguna palabra, pronto su brazo rodeo mi cuello y libero mi boca... -Mas te vale guardar silencio, tan pronto se retiren terminaremos lo que empezamos ayer,- me dijo... No sabía si sentir angustia, pero ese brazo asfixiante no solo me impedía hablar o respirar bien, también inmovilizaba mi alma, me sentía petrificado y por eso guarde silencio por cerca de media hora, hasta que el ultimo de mi familia salió. Entonces abrió una de las esposas y de nuevo me inmovilizo la mano sujetandola sobre la baranda de la cama mientras yo quedaba boca arriba mirándole. -Buenos días Potro, comenzaremos la mañana con una sesión de bondage, te atare al techo de tu cuarto, te suspenderé en el aire y luego pondré hielo en diferentes partes de tu cuerpo, si te portas bien tal vez te de alimento. Pero antes de eso toma, traga esto – e introdujo su pene en mi boca durante varios minutos hasta que se canso de fornicarme. Tras terminar y "venirse" en mi boca, solo vendo mi ojos y lo escuchaba ir y venir de un lado a otro de la casa, de pronto sentí su cuerpo sentándose sobre mi y desato mis manos, de nuevo quise provechar la situación para golpearlo y escapar, pero solo di golpes al aire antes de que sus manos dominaran mis brazos por mis muñecas y de improviso me levantara como si tan solo fuera un muñeco, cuando estuve de pie sobre la cama bajo mis brazos y los llevo hacia atrás, mientras descarga un rodillazo sobre mi estomago para dejarme sin aire y arrodillado. El aprovecho para ir sobre mi espalda y volver a llevar mis brazos hacia atrás y los introdujo en una cuerda, sentía como en cada uno hizo varias ataduras, no podría decir cómo, solo sentía la cuerda que no me lastimaba pero que si apretaba fuertemente con sus sexis manos. No decía nada, solo siguió atándome con esas manos todo mi cuerpo, las cuerdas rodearon mis pies, rodearon mi pecho, rodearon mi cuello, solo podía sentirlas pero no veía nada y el no decía nada, luego vino un silencio más profundo que me aterrorizo... -No debería decirte nada, pero la pasare muy rico, mi Potro hoy te saldrán alas...- de nuevo hubo un largo silencio, solo oía su respiración y como empezó a acariciar mi cuerpo con sus fuertes manos, las deslizo suavemente por aquellas parte de mi cuerpo que no tenían cuerda, fue lento rozando con sus manos mi piel, no pude evitar gemir a pesar de que le pedí parar. Finalmente paro, se quedo callado, no escuchaba nada y entonces solo escuche un: ¡Salta Potro! Y cual marioneta me vi elevado por los aires y mi grito fue ahogado por su boca robándome un beso asfixiante. Luego sentí como se desplazo debajo de mí y empezó descenderme hacia él y que sorpresa tuve cuando sentí en mi ano su pene, no sé porque lo sentí más grande, más erecto, más fuerte, pero no dudo en clavarme sobre su miembro, una vez descargaba todo mi peso, nuevamente me elevaba y gritaba: ¡Salta Potro! Una y otra vez lo hizo sin consideración a mis gritos producidos por el dolor de cada clavada. Pero allí no término la tortura, tras un rato de bajarme y subirme sobre su pene, viendo como entraba a veces lento, a veces rápido, me dejo suspendido en el aire y comenzó a pasar por la palma de mis pies cubos de hielo, el frío me estremecía y el solo respiraba y dejaba escapar suspiros risueños. No se conformo con torturar mis pies, lo hizo con mi entrepierna por donde deslizo el hielo por toda ella hasta mis testículos, donde se ensaño con ellos. Tenía unas ganas horribles de ir al baño, pero en vez de soltarme solo siguió torturándome con hielo, subiendo por mi abdomen y recorriendo mi pecho, en algún momento no pude aguantar más y solté mi orina sobre él, pero no dijo nada, solo me dejo caer, fue cuando termine sobre la cama de nuevo y tras unos minutos me desato. Estaba paralizado por todo lo ocurrido, no reaccione hasta que el quito el tendido y puso otro, se que él se ducho porque escuche la ducha, pero no reaccione hasta que me quito la venda y entonces me dijo solamente: -Eres muy dulce mi Potro- y me dio un desayuno que no sé de donde lo saco ni a qué hora preparo. Yo comí unos deliciosos huevos rancheros, jugo de naranja y árepa con queso, pan integral y delicioso tamal tolimense. Lavó la loza, se acerco y me tomo del cuello y me beso... -Te llamare y más te vale no correr de nuevo- eso me dijo al oído y se fue. ¡Qué tonto! Como si yo lo pudiera evitar... a este caballo no le gustan las riendas y quien quiera ser mi amo tendrá que ir tras de mí para seducirme. Si no puede seguirme el paso mejor que no lo intente pues nada es más rico que la brisa veloz en tu rostro. Al día siguiente me llamo y yo corrí, corrí y corrí, pero lo que paso se los cuento después. Josue3475 José Ramiro Velásquez G. Corrían los vientos norteños desde los arrozales de la vieja villa Miu Miau y sobre la alta hierba, corre nuestro osito Pompuala. Esta es un tierra de ensueño donde todos los animales pueden ver en colores y por eso sus pieles se han vestido de tonalidades inimaginadas, combinando rojos, verdes, blancos, amarillos, azules, purpuras, magentas, ocres, grises... en formas como cuadrados, círculos, rayas, triángulos y tantas más. Pompuala es un osito fucsia y verde, nada común y muchas veces capaz de sentir diferente a como sienten los otros ositos de cuadros negros y blancos, es por esta razón que Pompuala no siempre es bien acogido por los demás ositos del pueblo Miu Miau, pero él ha hecho muchos amigos entre los rinocerontes, los flamencos, los mandriles y los otros animales de la llanura de Celofán. La paz de esta hermosa llanura es mantenida por un grupo secreto de superhéroes de los cuales se desconoce su identidad y que durante años han protegido a todos, todas y todes, en general a los animales que habitan la llanura de Celofan; sin embargo con el tiempo han surgido grandes peligros y entre ellos, una liga de malvados villanos que quieren robar la paz de este hermoso paraje, pero todos se sienten seguros, sus héroes van siempre al rescate. Y hoy es una de esas noches importantes, pues en lo alto del “Cerro Floripepeado” se han enfrascado en una lucha feroz, el Hiperoso y dos villanos (Kakabala y Lagartija), enviados por Ricardo, líder de la liga de malvados; desde toda la llanura se puede ver claramente el “Cerro Floripepeado”, allí está ubicado el templo de la paz, donde su sacerdote Pepito lo habita, protegiendo la mística flor del respeto y el trono de la asertividad, y por eso desde todos los puntos de la llanura se observaba con atención lo acontecido allí. Pompuala también contemplaba desde un árbol al Hiperoso, por el sentía una admiración que le corría como electricidad por todo el cuerpo y tenía la firme esperanza en sus poderes y habilidades, por eso fue muy trágico cuando lo vio caer bajo la trampa de “Lagartija” y “Kakabala”, viéndolo desaparecer en el horizonte raptado por estos dos villanos. ¿Y esto como paso? El “Hiperoso” tiene muchas habilidades, es un súper oso de anteojos, fuerte, rápido, con rayos en sus ojos y un aliento de tornado, pero como todos tiene debilidades y una de esas es: la “lacriptosita”, una hermosa piedra que viene en mil colores y que causa muchos efectos en el “Hiperoso”, entre ellos ser debilitado y caer inconsciente. “Agartija” tiene habilidades de sapo y lagarto, es mitad humano, mitad rana, y puede hacer crecer unas plantas mutantes que fabrica el mismo en un laboratorio secreto; Kakabala, es un glotón Koala de pelaje café y con la habilidad de dormir a quien mira o a quien le habla. En esta ocasión vencieron al “Hiperoso” cuando “Agartija” sorprendió por la espalda a nuestro héroe con "Plantas Lacriptositadas", es decir plantas mutantes nacidas y criadas en “Lacriptosita” en vez de tierra común. Todo esto sucedió mientras “el Hiperoso” luchaba contra Kakabala quien había dormido a todo el mundo, incluyendo al guardián del templo “Pepito”. Por suerte y pese a ser vencido el Hiperoso, el día fue salvado por varios de los otros superhéroes, como “Tony Maravilla”, un conejo, quien posee los místicos poderes de las amazonas; “Perrita Fuego”, un can que parece una ardiente supernova y Perrito Chita quien corre a la velocidad de la luz y aún más rápido. “Tony maravilla” con su lazo de diamantes rompió las plantas, “Perrita Fuego” chamusco las nalgas de “Agartija” y “Perrito Chita” mareo y elevo por los aires a “Kakabala”; pero los villanos capturaron al “Hiperoso” gracias a la intervención de “Caballo Toro” (otro malvado que no tiene quien lo pare cuando embiste), ese malo se llevó al “Hiperoso” mientras derrumbaba unas cuantas columnas del templo, por lo que los demás superhéroes tuvieron que quedarse a salvar a quienes habían sido dormidos por “Kakabala”. Fue muy grande la tristeza en toda la llanura de Celofan, pero más grande fue la tristeza de Pompuala, algo muy raro sintió, como si le quitaron un pedacito de sí mismo y por eso espero que encontraran al “Hiperoso”, pero en vano lo buscaron sus amigos héroes y los demás animales de la llanura. Fueron varios días de tristeza, pues todos, todas y todes pensaron, que la malvada liga había destruido al “Hiperoso”. Pero una tarde donde el arcoíris invita a salir a caminar, Pompula, dejo que su corazón lo llevara a pasear por tierras diferentes. En lo alto de una higuera de hinojos, yacía atrapado por ella, una especie de oso, fornidito, de triángulos negros y rosas. Pompuala que no dudaba en imitar a su héroe, tomo una vieja escalera y trepo hasta arriba para rescatar del tenebroso enredo al pobre Kokuala, pues así se llamaba este oso de triángulos rosas y negros. Ni se imaginaba que la secreta identidad del Hiperoso es Kokoala... Pues Pompuala solo quería ayudar, pero cuando lo vio a los ojos, sintió que todo el universo se condensaba allí, que la gravedad lo atrapaba y que la pieza que faltaba del rompecabezas, estaba allí y encajaba. No se imagen nada malo, quizás Pompuala solo sufría de un vértigo momentáneo, llamado amor, pero eso no le impidió quebrar las ramas que ataban a Kokuala, sino que le dio más fuerza para romper la higuera de hinojos y liberar a Kokuala. Pidió a unos cuantos osos de cuadrados blancos y negros que le ayudaran, pero ninguno quiso, pues rechazaban a Pompuala y les dio mucha desconfianza es otro oso de triángulos rosas y negros...-¡Fuera, saca a ese otro oso raro de nuestro pueblo, seguro es uno de esos villanos que anda pervirtiendo la paz de nuestra llanura!- le gritaban, pero aun así Pompuala llevo a Kokuala a su casa para curarlo. Unos días después y tras cuidarlo con mucho cariño Kokuala despertó, pidiendo a gritos que tenía que ir al Monte Floripepeado, Pompuala puso su mano sobre el pecho de Kokuala y le recordó que aún estaba débil, pero Kokuala lo miro a los ojos y volvió a rogarle que fueran allí a pesar de peligroso. Aquella mirada derritió toda resistencia y no porque, el poderoso Hiperoso derritiera a Pompuala, sino porque tan solo ya no pudo decir que no. Y a la mañana siguiente, Pompuala tomo una carretilla y subió a Kokuala, que aún estaba débil a ella, tomo la carretilla y empujándole por la llanura de Celofan a toda prisa, corrió y aunque algunas veces paraba para beber (o comer, o darle de beber, comer y aplicarle alguna medicina a Kokuala), Pompuala, no dejo de correr veloz y no tuvo miedo, hasta llegar a la cueva de los murciélagos. Kokuala hubiera deseado brindarle la seguridad de su protección en este instante, pero por alguna razón aun no recuperaba sus poderes, así que tendrían que entrar a la mítica cueva, donde se decía que habita aun el primer supervillano que azoló esas tierras, “la Vampireza”, de quien no se había vuelto a saber desde la aparición de los superhéroes. Y es que para subir rápido a aquella colina sin dar más rodeos tendrían que pasar por la cueva, que los llevaría justo al centro del templo donde en las próximas horas se desarrollaría una batalla feroz entre los superhéroes y la liga de villanos, otra vez. Quizás presintiendo eso, quizás porque Hiperoso temía por sus amigos, no hubo otra salida, los dos osos entraron a la misteriosa cueva. Al principio no hubo mayor problema, solo un silencio estremecedor, de pronto un ruido de alas, chillidos y zumbidos, y sin poder hacer nada, espalda contra espalda, los dos osos quisieron defenderse, pero estaban rodeados por cientos de murciélagos... del fondo emerge una voz diciendo: ¡¿Quién osa entrar a los reinos de “la Vampiresa”?! -¡Yo, Hiperoso y su amigo!- Pompuala, no cabía del asombro por lo que había dicho este oso que había rescatado hace un par de días- ¡les exijo nos dejen pasar o se las verán conmigo! -Pasa, pasa, pasa. Pues bien Hiperoso, deja a tu amigo y vete a tu templo querido. -No, ni lo sueñes vampireza- dijo Kokuala -Dame una buena razón o mis murciélagos caerán sobre ti, con dagas de lacriptosita- dijo la voz tenebrosa. Pasaron unos segundos eternos, parecía que Kokuala estaba a punto de revelar un gran secreto, un secreto que cambiaría todo quizás, agacho su cabeza un poco, tomo la mano de Pompuala y dijo: -Porque lo amo, si, desde aquellos momentos en que me despertaba y él estaba dándome un plato de sopa caliente, curándome las heridas, cargándome por todo la planicie, dándome agua cuando tenía sed, o tan solo acompañándome, Pompuala se robó mi corazón. -Dejadles en paz, esa es la respuesta de alguien heroico- de las penumbras emergió una Araña, una de esas que habitan las cuevas, explicando que todo era una prueba y que querían hallar el corazón puro que hiciera funcionar la piedra de la imaginación... pero pese a que llevaron a Kokuala donde estaba escondida, él tampoco pudo hacerla funcionar, ni recupero sus poderes. Pero aun así Kokuala decidió seguir su viaje y antes de tomar el camino y pidiéndole a Pompuala que se quedara, los murciélagos lo entrenaron y le regalaron la capa de la verdadera Vampireza, a quienes ellos con ayuda de la araña habían convertido en piedra junto a todos sus secuaces, allí en esa misma cueva, por lo que habían desaparecido sin que nadie supiera que había pasado con ellos. Y de esas sombras que para muchos son aterradoras, emergió “Batoso”, un superhéroe guiado por la creencia de que: “ni toda la fuerza del mundo puede vencer la imaginación”, como les dijo la araña (luego de entregarle un par de artilugios que vistió “Batoso”), luchara por la Llanura de Celofán en las noches, para que los villanos nunca tengan tregua. Un beso a “Pompuala” y “Batoso” corrió a ayudar a sus amigos, quienes ya estaban enfrentando a la liga de malvados... Afuera los superhéroes caían como arroz, ya no estaba la liga de villanos peleando solos, sino que por la magia de un villano llamado “la Marioneta de Payaso”, las estatuas del templo habían tomado vida y atacaban a los amigos y amigas de “Batoso”... pum, pam, zoom, ramp, se escuchó y vio, muchas de estas estatuas caían y de los cielos descendió desplegando su capa, “Batoso”, quien era Kokuala disfrazado de murciélago... Entre tanto en la cueva se escuchaba todo, pero Pompuala dudo de las palabras de la vieja Araña y le pregunto: -¿Es verdad que ni toda la fuerza del mundo puede vencer la imaginación”?- la miro, como esperando que dudara. -Sabes, ¿por qué digo eso? Porque la fuerza más grande no está en los músculos, como la de “Ricardo”, la fuerza más grande está en el interior de cada uno, de cada ser y cuando la encuentras, esta emana para cambiar el mundo, y ahí es cuando solo si tienes imaginación lo puedes cambiar- dijo la vieja Araña, antes de que un grito llamase la atención de todos en esa cueva, era Kokuala... -Ahhh- gritaba Kokuala, mientras el temible Ricardo le sostenía por la garganta apretándole muy fuerte. -Tonto, ya desenmascare a todos tus amigos, gracias al roba poderes, ahora solo queda desenmascararte para que todos sepan que a quienes amaban, solo son una partida de rechazados- esto decía Ricardo, mientras todos los héroes y heroinas, yacían en el suelo afectados por la magia de “Diabolon” que les había robado sus poderes. Solo Pepito no era afectado, pero el debía usar su poder místico para proteger el templo, entonces fue cuando “Batoso” lanza una bomba de humo a Ricardo, da una pirueta en el aire y se escapa de sus manos, pero es atrapado por las enredaderas de “Agartija”... -Somos muchos y tú estas solo- dijo Agartija, y le hizo una seña a “Caballo Toro” para que atropellara a “Batoso”; mientras, “los Gemelos Sable” atacaban con sus vibraciones y ondas al templo, debilitando cada vez más el poder místico de Pepito ¿y qué crees que paso? Si los héroes eran los rechazados del pueblo ¿alguien les ayudaría?. Si... Porque de las entrañas del subsuelo emerge “Destello Rojo”, con el poder de la imaginación en una piedra roja que le permitía materializar cosas que desde su amoroso corazón soñara. Y creo una rampa que desvió por los aires a “Caballo Toro”, quien cayó sobre “los Gemelos Sable”; aprovechando la distracción “Batoso”, arrojo otro gas que marchito las malvadas plantas y ataco a “Diabolon”... -Tu poder conmigo no funciona, yo no tengo superpoderes, solo mis habilidades y el entrenamiento de estos amigos- dijo Batoso, mientras los murciélagos atacaban al resto de villanos antes de que amaneciera. Mientras tanto “Destello Rojo” ataco al fornido Ricardo, con los objetos que creaba con su anillo, con cada golpe le empezó a alejar del templo y lo guió al borde de la montaña, pero justo cuando estaba por darle el golpe final amaneció. Con el amanecer los murciélagos regresaron a casa y los pocos villanos aun no vencidos atraparon a “Destello Rojo” por sus extremidades impidiéndole moverse, y Ricardo se paró, se dirigió a él y cuando iba a darle un golpe, los villanos que sostenían a “Destello Rojo” salieron corriendo... porque a sus espaldas apareció el “Hiperoso”... -Pero yo te quite todos tus poderes con el poder de “Diabolon” y las "Plantas Lacriptositadas" - eso fue lo que alcanzo a decir antes de ser elevado por los aires como una pelota por el “Hiperoso”, que “Destello Rojo” batió fuera del valle de Celofan. ¿Que si Kokuala recupero sus poderes? más o menos, de día es el “Hiperoso”, pero de noche es el “Batoso”, porque sus poderes no sirven de noche. Solo por eso el Batoso es el único que aun usa una máscara, porque desde ese día, los demás superhéroes no las usan y son amados aun en toda la llanura de Celofan, incluyendo a “Destello Rojo”, que no es otro que Pompuala, pues su amor le ayudo a descubrir lo valioso que era y con esa activo la piedra de la imaginación, ganando este increíble poder de crear cosas con ese anillo. Y así termina nuestra historia, Pompuala ya no corre solo pues ahora juega a las escondidas, con los otros animales, con otros ositos y ositas de cuadros negros y blancos, y con su amado Kokuala, el osito de triángulos negros y rosa, su pareja... el osito que le regalaron a Virginia en la pasada navidad su abuela Abigail, mama de Andrés y suegra de Felipe, los padres de Virginia. Josue3475 José Ramiro Velásquez Guavita Participo en un concurso llamado "este es mi cuento", pero no estaba suficientemente editado y lo pase con muchos errores.
Había una vez, en una tienda de barrio, un estante lleno de madejas... había madejas de lana blanca, roja, negra, verde y fluorecentes; madejas de lentejuelas, maderas de cintas de muchos colores, madejas de nylon, hilo y tantas otras. En un rincón se encontraba la gorda madeja de hilo caucho, quien vivía contemplando a la madeja de cinta verde, esto porque a la madeja de hilo caucho, le parecía tan hermosa, tan preciosa aquella madeja de cinta verde. Le parecía muy elegante con ese verde brillante que aunque no era tan iluminado como los verdes de las madejas de lentejuelas, parecía refulgente por la impactante presencia de la madeja de cinta verde. Cada quince días las madejas asistían a un baile donde cada una aprovechaba para seducir a los cordeles, el baile era llamado “la limpieza” por los humanos, todas las madejas eran reunidas en una gigantesca caja junto a otros productos de la papelería, cuando regresaban a sus estantes todo brillaba y olía delicioso, pero entre tanto la rumba mas espectacular se armaba en esa caja. Fue en una de esas rumbas donde la madeja de hilo caucho, por accidente, vio por primera vez a la madeja de cinta verde, allá en un rincón de la caja, algo aislada de la fiesta, se veía como aburrida, lejana y perdida, como esperando algo que no llegaba, pero la madeja de hilo caucho no fue capaz de a hablar con esa dama, se quedó contemplándola toda la noche, pasmada y sintiéndose incapaz de por ella ser amada. Así paso muchas veces, algunas con angustia pues en algunas de esas fiestas, la bella madeja de cinta verde fue invitada a bailar por algunos cordeles, alfileres y hasta carretes; la madeja de hilo caucho se moría de angustia y le daba rabia verla con esa gente, pero luego olvidaba quien bailaba con su amada madeja de cinta verde, pues se dejaba llevar por esa sonrisa... y después de todo verla feliz era lo que más valoraba la madeja de hilo caucho. Un día sin embargo, la fiesta de “la limpieza” tuvo un cambio pues los cordeles se habían agotado, todos vendidos y sin surtido de nuevos porque aún no había llegado el pedido y para colmo la gran caja se había dañado, así que por estantes fueron puestos en diferentes cajas. Pensaras que no hubo fiesta, pero lo que paso es que las madejas hicieron pijamada. Esa fue la primera vez que ambas madejas hablaron, en un lado de la caja estaba la madeja verde que bailaba con una madeja de lentejuelas, cantaban y seguían la música de un disco karaoke, esto puso muy celosa a la madeja de hilo caucho. En el otro extremo se reunieron algunas madejas que eran sus amigas de la madeja de hilo caucho... ahí descubrieron todas, que ellas se gustaban pero que a todas les parecía muy coqueta la madeja de cinta verde. Pero en el corazón de la madeja de hilo caucho aún vivía ese primer momento en donde había visto a la madeja de cinta verde y en un momento de descuido de sus amigas escapo al borde de la caja para contemplar la luz y esperar que esta se llevara sus recuerdos. Y en ese mismo borde encontró a la madeja de cinta verde, ella también quería una luz para su vida y ahí se vieron por primera vez, se clavaron sus miradas y como hipnotizadas se quedaron mirando una a la otra, y cuando abrió su boca la madeja de cinta verde, lo que dijo, conquisto a la madeja de hilo caucho pues aunque eran palabras comunes, estaban encantadas por el magia del amor, ella dijo: -¿Te he visto antes sabes?... Y desde ese día no dejaron de verse jamás ni un solo día, los días lunes iban al mercado, los martes veían una película, los miércoles comían chocolate y helado juntas, los jueves se apachuchaban juntas, los viernes bailan muy contentas en “la limpieza” y los fines de semana se inventaban algún plan para salir al aire libre. Pero una vez estaban tan contentas que despertaron la envidia de una desgastada madeja de lentejuelas, quien observándolas les dijo: ¡tontas, pronto estaréis tristes y muy desgraciadas, ese amor que os tenéis no tiene futuro, no habéis visto ¿qué pedazo a pedazo os vas perdiendo? Todos los días os arrancan de a uno o dos metros, que alguien se lleva, siempre distinto el comprador, os dividen en pedazos y venden ¿cómo pretendéis permanecer juntas? Desde ese día no hubo más que angustia para las dos madejas y empezaron a crear planes para no perderse una a la otra, lo primero que intentaron fue enredar sus hilos, pero por ser tan diferentes, fue muy fácil que las desenredaran y cuando quisieron hacer nudos más fuertes, solo cortaron ese pedazo y lo arrojaron a la basura donde las polillas se los comieron. En un día, para el baile de “la limpieza” quisieron escapar pero desistieron cuando vieron que el piso sucio las empolvaba demasiado y más a la madeja de hilo caucho, fue triste porque tuvieron que cortarle otro pedazo para quitarle lo que estaba muy sucio. La madeja de cinta verde estaba por rendirse, perdería a su amor o quizás ella fuera la primera que se iría por completo, pero en ese momento fue cuando tomaron la gran decisión, se amarían así se perdieran tarde o temprano, mientras estuvieran juntas se amarían... y volvieron a los lunes al mercado, los martes a ver una película, los miércoles a comer chocolate y helado juntas, los jueves se siguieron apachuchando juntas, y los viernes bailan muy contentas en “la limpieza” para envidia de todas las demás madejas, ¿y los fines de semana? Ya no salían solo al aire libre, a veces tan solo se acompañaban a hacer las cosas de cada una. Pasaron semanas, meses y hasta años, y un día las madejas se acabaron, pero no se acabó el amor que las unía, que las unía a través de los vestidos de encajes de los cuales hacen parte, pues en su gran mayoría fueron vendidas a una tienda de trajes de novia donde cada vez que se casan las novias humanas, las madejas renuevan su de eterno amor, recordando que en la vida todo cambia, así gires sobre ti mismo una y otra vez. El amor de las madejas es como el amor de dos lesbianas, es un amor que pocos entienden pero que está lleno de toda la magia de cualquier amor, un amor que requiere los mismos ajustes, luchas y compromisos de quienes aman sin importar si son dos madejas, un par de agujas o los retazos de tela. José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 Participo en un concurso llamado "este es mi cuento" mas afinado quizas que el de Pompuala jeje.
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Aquí reposan cuentos, alguno que otro lo habré presentado en algún concurso o en otra web, pero hasta ahora no han sido publicados como libros.
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