En Memoria de Luis Fernando Montero
I Tengo la urgente necesidad de recordar antes que olvide, me siento sorprendido en un sin tiempo, sin espacio. Mi memoria se concentra caprichosamente y pronto olvidara, tengo que recordar urgentemente. La vida es una avalancha que arrastró a aquel filósofo (no recuerdo su nombre), cual hoja en el lago que rodea aquella capilla de velacion, gira interminablemente el pobre en las aguas, nunca bañado por las mismas pero también arrastrado por todas ellas. Recuerdo cuando vi la hoja, las hojas, se veían desde el cristal, la inmensa ventana de la habitación destinada para alojar el muerto, la muerta, la madre de mi amiga; espacio destinado para que todos y todas pudieran contemplar el rostro de paz, el rostro de paz que me rememoro a mi amigo muerto, quizás por eso me quede con la imagen de su rostro y no vi a la madre de mi amiga. ¿Has ido a velar a tu muerto a otro sepelio, a otra velación? yo si, al entierro de la madre de mi amiga fui por estar con ella, acompañarla por los viejos recuerdos de experiencias vividas que la hacen una de mis mejores amigas. Yo fui al entierro y cada oración, cada canción y cada palabra, rememorarón la persona ida, mi persona ida, mi amigo gay. Recuerdo aún su rostro, como aun recuerdo la sensación primera de verlo, la sensación de un empaque vacío, la sensación que tienes al tomar una concha vacía, una estrella de más seca, un capullo sin mariposa, un exoesqueleto de algún insecto... sentí que ya no tenías alma, que ya no estabas allí para darme el abrazo fraterno, el comunitario, el del amigo y en Cristo hermano. En Cristo y en lucha, con una empatía espiritual que me recordó que esta primera mirada a su cuerpo no me decía nada, entonces vi lo dejado, un rostro lleno de paz y hasta burlón, lo imagine parándose para darnos un susto a todos y todas, diciendo: "lo hice porque no me llamaban". Colgaba de su cuello torpemente, dos imágenes que solía ponerse; torpemente debido a que quien arregló su cuerpo, no sabia como se fijaba en que estas imágenes estuvieran de otra forma, el acomodo una cosa a otra cosa, yo hubiera querido acomodarselas. Mentira, tan solo de imaginarme, entrando en alguna habitación en donde reposase su cuerpo, se me vienen todas las películas de zombis ya vistas, poniéndome a su lado para arreglar su relicario, él parándose de una y tomando mi brazo para decir: "Estoy muerto". Me quedo con su rostro de paz, me quedo con su recuerdo, esta hoja se ha deshecho entre las aguas que la arrastraban, lo que a la tierra volvió, será para su provecho, lo que ha fluido con el agua y seguirá en ella, lo tomaremos. Y lo que es es imperceptible será llevado por el mundo de los sueños más allá del lecho; en tus manos dejamos su espíritu y goce el cielo, y el cielo se lo goce a él. II Hace un año, hace un año conocí a mi actual novio, con el ya llevamos siete meses, hace un año Luisfer, mi extraño amigo, vestía de Baco para nuestra fiesta de Brujas, no se hace cuanto la sala que esta en frente mío se encontraba tapada y de allí emergían cuerpos hipermasculinos que evaluaba como atractivos, no siempre lo admití pero me gustaba mirar... hace mucho no recorría estos senderos. Aquí en la Perola, además de cuenteros, tuve la ocasión de ver a los chicos que practicaban capoeira, si recuerdo que eso costaba y que la diaria decisión entre el almuerzo y las copias desanimaron mi interés. ¿Qué es la soledad? Cuandomás me encontré rodeado de gente, mas solo me halle, desde que Dios esta conmigo no la he sentido más que en leves ocasiones cuando reafirma mi existencia con un grito: "!Naciste Queer!". Raro, Raro, Raro... me encantaba como vestía mi amigo, sombreros, capas, mantos, rosarios y anchas manillas muy artesanales, ropa más bien ceñida que por lo general descubría su pecho del cual emergía una cantidad de bellos, que hacían suponer era muy velludo. Recuerdo su sonrisa, la de la foto, la de las fotos, no la del ataúd, esa era como quien anda tomando del pelo, como si él nos tomará del pelo. ¿Qué es la soledad? Una sensación, ya no creo que ella sea real pues depende de con quien me encuentre, además siempre me encuentro contigo, Señor. No, es más la sensación que deja la frustrada afinidad con el mundo. Tampoco, no me siento solo ni estando solo, pero no me molesta, aun recuerdo aquel voraz espacio que se insertaba en mi estomago y lo succionaba, lo alcance a vivir aquí, en la Nacho. El día que abrí el baúl para que saliera mi sexualidad, este espectro que yo creía macabro, cual fantasma amistoso venía cargado con tremendo martillo que rompió la prisión de cristal ¿Soy solitario? No tanto, solo lo suficiente como para dejar que lleguen buenas almas, lo contrario no soporta el silencio, no se adhiere al aislamiento, no descubre la máscara. ¿Cual fue tumáscaraa Luisfer? ¿Cuantos supimos de tu dolor y que tan bien estuvo que lo cubrieras? ¿Preparaste tu muerte? ¿Llegado el momento partiste feliz? Parece que si, ya no pedías la sagrada bandera gay, bueno no era sagrada pero así deberíamos cuidarla, así la cuidaremos ¿Donde estarán los cuerpos hipermasculinos labrándose ahora? ¿Se habrán graduado todos? Como un postre a tu nombre, gelatina de naranja con leche condensada por solo 500 pesos. ¿Queveráa el hombre de la cornisa? Tomo este postre a tu nombre mientras recuerdo que Yuri me decía, que ya pedías morir pues cansado estabas. Me distraigo con el postre y de paso escucho las palabras de tu mami: "le iban a comenzar a hacer diálisis, sus pies se dormían ya, ya no le servía la insulina, sus ataques se repetían con más frecuencia". Siempre he pensado que la dedmora en atender la urgente necesidad de cambiar la insulina por ese otro medicamento, que no viste nunca porque justo tenias la cita médica el mismo día que la cita con Dios, tuvo que ver con tu muerte. Ya no esta el hombre de la cornisa ¿a donde iría con su camiseta azul? Quiero escribir tanto que el sueño se disipa,¿alguna vez vendrán mis hermanas con su maricartera y las taconas a visitar a Miguel, Alias Lila, a esta Universidad? Luisfer voy a buscar un césped algo sombreado y recordar como solía pastear por aquí, me voy a dormir. José Ramiro Velásquez Guavita Josue 3475
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Algunos de estos textos fueron publicados en un libro y en un blog que llamaban o llaman: "Entre la piel y el Papel" y en general corresponden a tiempos de duelo en mi vida.
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Junio 2015
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