16 de Junio de 1997 Báculo del Señor levántate por favor, levántate y cambiame, conversión te pido. Que mis ojos brillen como llama ardiente cual volcán en mi alma en verdadera erupción. Báculo, la jarra rompe, construye a Joseph tu Voluntad Santa. Hágase en mí, José tu Santa Voluntad llamada por mi Joseph G. Joseph G: La voluntad de Dios no toma mi vida aún, más yo la pido con siete frutos ardientes, cuyo frío congela el mal que me atortola, y lo desplaza. Josue3475
José Ramiro Velásquez Guavita
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Estos poemas pertenecen a la época en que firmaba como Joseph G., que fue el primer seudónimo que utilice, posteriormente cambio a Josue3475 y bueno, no puedo asegurar que se quede de esa manera.
31 de Enero de 1999Para que un ciego
pueda guiar otro ciego ambos tienen que ser, ambos ser ancianos. José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 31 de Enero de 1999Tan alto como esta el cielo
que su altura es exageración, más tenemos tantas ganas de no escuchar más noticias que hemos puesto la música, la equivocada música; te cuento el godesh ahora es tu templo, iglesia, hasta tu propio cuerpo, el candelabro de siete brazos ahora son todos los sacramentos y los panes consagrados dejan de ser masa sin levadura para ser carne, y de Cristo, ya el altar de incienso no quema alguna sustancia química es un coro, es un grupo, dedicado a animar eucaristías; y la puerta al lugar Santísimo tiene por nombre Cristo, la cortina es de sangre que derramó por nosotros, porque el lugar Santo es igual al deber en dignidad. Entonces esta el cielo contigo ¿y no a la altura del firmamento? quizás ya escuches esta música equivocada por la carne, el mundo,etc… José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 25 de Enero de 1999 Contempló dos desnudos se funden dos cuerpos se pierde uno a otro deben ser esposos. Zoquete insoportable doblega a la mujer desvalida la pobre le seduce con poder. Fantasma flatulento en sí no veo nada a una mujer oscura una sombra perdida. Llega el hombre, la sombra de aquel parece una figura una vil sombra china. Teatro de testículos, un poeta ebrio pierde descubre un cráneo descubre al conserje. Entrego todo mi ser el corazón es espíritu el cerebro como mente los genitales son el cuerpo. Llegando el fin, la princesa es mañosa tomad tu gaseosa quieres, no quieres. José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 25 de Enero de 1999Sueño con una mujer desliza tu mano sobre su vientre mientras la abrazas con fuerza y tu otra mano se cruza, una Luna cuelga de su oreja y tu lengua juega con ella, más allá del busto ve, descubre como el viento está jugando con su falda en un peñasco, sus piernas son sólidas y brillan en belleza, terminan en zapatos sin hebilla, no es tirana, es espejismo rugen las olas y se desnuda nunca su cuerpo, posee un vestido azul, aguamarina vestido largo, descubre sus hombros que beso, perderme en su cuello, chocar las mejillas hasta encender una hoguera de mutuos pensamientos, cabello negro de rostro pálido, su cabello es la noche que contemplo al apagar la luz de mi cuarto, su frente es un finca, un prado cuyo rancho es un beso, cuyo olor obliga a unir mi nariz en mal descenso, aterrizo, quisiera que sus manos tocasen mi pecho y como nido encontrasen allí un lecho, sus caricias fueran aguas desbordadas que rompan el lecho,contemplo ahora por fin, contemplo sus pechos, allí es privado, un océano me hundo en secreto, no les cuento, devoró su alma y el espejismo es hecho pedazo de cristal, termino este sueño. José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 Cierro mis ojos no quiero responder pero veo un armario viejo y cuando volteo, escapo, término viéndome yo en un opaco espejo ¿dónde esta mi reflejo? Rodeado de soldados me encuentro, encuentro y miro ventanas, las de un apartamento allí es noche, y ya comienza mi hermana a llorar, mejor me paro y afronto, que no se, no se que hacer ahora pasan las horas en vano. José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 Dormía un cadáver fuera de la tumba y los rayos del sol lo despertaron otra vez; siniestro era el ambiente pero como ladrón el sueño… robo el sueño el increíble sol que atraviesa las ventanas con magia desencantando al bello durmiente. El libro de creencias sobre la mesa es contemplado por la tumba del Faraón me despierta el terrible tirano, un hombre araña, un hombre increíble, duerme el durmiente, no tranca y esta cansado de no ver algo diferente al pateo de un balón, pero vuelve el sol otra vez ¿podrá vencer? ¿podrá vencer? José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 Un ojo de anciano, tal vez
se acerca a la Luna pequeña, las vías de un tren en cobre, los rayos son gruesos como troncos y llueven chispas rayando la noche; y un tejón en desierto nocturno; y un tapete dorado sale del portón que me aterra; hay tanta luz, en el bosque que la sombra se aleja hacia mi y duendes-reptiles me asustan mientras camino un puente, mientras me alejo sus vigas veo, grabo a mi hermano siempre volteando hacia el fútbol y una máscara mientras respiro descubre una sombra con sombrero, por último la momia se mueve. José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 Pedí a mi imaginación
me ayudase a ubicarme evaluar mis propios actos, paso entonces, cerré mis ojos y en un cueva me descubrí… Trate de salir y no pude, sentí el miedo al exterior cuando una montaña en terrible dragón se convirtió… Pasa algo, me distraje y resulte rodeado de oscuridad, ya no veía la luz, buscaba la luz desesperado. Claustrofóbico, ya me sentía y muy pronto desesperaba, la sorpresa fue la respuesta seguí la inclinación, suerte y volví a ver bien arriba el túnel de salida la boca de luz en esplendor. José Ramiro Velásquez Guavita Josue3475 |
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