Deslice mi mano por su cabello largo,
cabello brillante como el sol, cabello oscuro como la noche, cabello rojo como la sangre, cabello blanco como la nieve, rozar sus senos, besar , morder, naufragar en las formas de su cuerpo soñar con ellas sobre mi pecho, sostener sus manos con las mías, resbalar por su espalda, besar su boca, encarnarme en ellas. Tomar sus piernas y muslos, tomar sus pies a besos, asegurar su cintura a la mía, “engolocinarme” con su cuello y tomar su cuerpo como mío. Debemos antes hablar, pues no debe ser un acto, un acto pasajero, por explorar, romperé su ropa tal vez ó permitiré que me desvista, gozaremos de nuestro tronco y poco a poco sus ropas se irán, poco a poco las mías también, sus medias me las llevaré, con mis dientes las arrebataré, con mis manos me ayudaré. Volarán sus interiores, su cuerpo, desnudo su cuerpo será mío, esa noche y muchas más y cuando mis pantaloncillos huyan… No, huiré yo… ese no es mi camino, mi camino son tres votos, el sacerdocio. Josue3475 José Ramiro Velásquez Guavita
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